El mercado de los pavimentos hidráulicos
fue creciendo en Almería a comienzos del siglo XX, al mismo tiempo que los
industriales competían fuera de las fronteras andaluzas con sus modelos de
baldosas. Así pues, como se señala en un periódico de 1903, el industrial Ramón Muley
recibió una medalla de oro en una exposición de París. Dicho señor tuvo su
fábrica en calle Granada antes de 1902 y en los números 10 y 12 de Alfareros - actual calle Magistral Domínguez - a partir de la referida fecha.
José Muley Pérez estuvo al frente de
la empresa de su padre desde 1907 hasta 1908, puesto que instaló una fábrica de
pavimentos en los números 1 y 3 del "Patio de Oña". Por tal motivo, señaló
en la prensa que seguiría vendiendo los mosaicos al mismo precio que cuando
trabajaba en la de Ramón Muley.
El extenso anuncio, con el
titular "NUEVA INDUSTRIA", comenzaba así: "Se participa a los Sres. Arquitectos, maestros de obras y propietarios,
que después de vencer grandes dificultades y hacerse de personal competente,
puede competir en economía y arte con las principales poblaciones de España y
del extranjero".
Es destacable la reseña que hizo
el redactor de El Heraldo de Madrid en 1909 sobre la magnífica fábrica de
pavimentos hidráulicos de Ramón Muley, a quien describía como "depositario del Ayuntamiento, exportador de
uvas, hombre muy bien relacionado en la capital".
Aquel industrial, que no había
visto fábricas de mosaicos cuando instaló la suya, tenía una empresa "a la
altura de las mejores del extranjero y con todos los adelantos modernos",
según el redactor. Para más información, el enviado especial había observado cinco
prensas hidráulicas que funcionaban con una precisión y una maestría
inimitables, así como también almacenes abarrotados de cemento, losetas y colores.
"¡Cuánto portland! ¡Qué preciosos dibujos!", señalaba.
Años más tarde, en 1915, José
Vicente Castillo tuvo instalada su fábrica de baldosas en el número 95 de la
calle Granada y en el 9 de la calle Muley. Especificaban en la prensa que en el
segundo sitio mencionado hubo unos almacenes de la "Gran fábrica de Ramón
Muley".
NOTA IMPORTANTE:
Equivocadamente se ha relacionado
la empresa de Ramón Muley con la de Pedro Alemán. El reportero de El Heraldo de
Madrid visitó dos fábricas de pavimentos hidráulicos en 1909, como bien señala
en su artículo: Viuda de Pedro Alemán y Ramón Muley.
Para más detalles sobre esto último,
en Memorias de una baldosa. Fábrica La Cartagenera (1917-1981), editado por el Instituto de Estudios Almerienses, queda reflejado que la industria de baldosas Pedro Alemán nació en junio de
1901, es decir, nueve meses antes del traslado de la empresa de Ramón Muley a
la calle Alfareros, la cual fue una clara competidora de la primera a lo largo de la historia de ambas.
Simplemente,
sin más, estuvieron situadas en la misma calle, donde había otras que
mencionaremos en próximas publicaciones.
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