Las ciudades se van transformando
debido al desarrollo de proyectos de diversa índole. Por tanto, hay lugares que
conservan sus antiguos nombres y otros con denominaciones que también nos sirven
para conocer mejor qué hubo en ellos.
Imaginad nuestra querida Plaza
Vieja (Plaza de la Constitución) sin árboles, sin Monumento a Los Coloraos y repleta de puestos de
comida. Aquel sitio estaba destinado a la venta de útiles para el hogar y, a
consecuencia del aumento de la población, había una considerable aglomeración
de personas en los años setenta del siglo XIX.
Para solventar el problema, los
vecinos proponían que se estableciera un mercado de abastos en la Plaza de
Santo Domingo. De este modo, los vendedores y los consumidores gozarían de
mayor comodidad en la Plaza de la Constitución.
Manuel Artero, administrador del grupo Vive Almería, explica en él que la plaza ha tenido 27 nombres diferentes desde 1491 hasta 1980. También apunta que "en tiempos musulmanes había bazares, tiendas, viviendas y baños, así como La administración, el Cadí (Juez musulman), el zalmedina, o Jefe de la Ciudad, y el almotacén, una especie de informador que daba cuenta de los incumplimientos de las ordenanzas".
No podemos olvidar, como destaca este amante del patrimonio, que la alhóndiga estuvo en esta plaza en el siglo XVI, así como el matadero viejo de la Hoya. Por tanto, es evidente que este espacio ha tenido una gran actividad en el pasado.
Manuel Artero, administrador del grupo Vive Almería, explica en él que la plaza ha tenido 27 nombres diferentes desde 1491 hasta 1980. También apunta que "en tiempos musulmanes había bazares, tiendas, viviendas y baños, así como La administración, el Cadí (Juez musulman), el zalmedina, o Jefe de la Ciudad, y el almotacén, una especie de informador que daba cuenta de los incumplimientos de las ordenanzas".
No podemos olvidar, como destaca este amante del patrimonio, que la alhóndiga estuvo en esta plaza en el siglo XVI, así como el matadero viejo de la Hoya. Por tanto, es evidente que este espacio ha tenido una gran actividad en el pasado.
Cuando todavía no disponía de
soportales, se llamaba Plaza del Juego de cañas y su superficie era
mayor, según la Revista de la Sociedad de Estudios Almerienses. Podían verse
las corridas de toros desde las ventanas apaisadas de las casas que había en
ella, ya que el coso de la Rambla de Belén no se construyó hasta 1848.
En la vieja Almería de la peregrina "Plaza
de cañas" no existían teatros para
el disfrute de los habitantes. A ello hay que añadir un aspecto importante: estuvo delimitada por
las murallas hasta mediados del siglo XIX, por lo que demolición de estas supuso una
gran pérdida patrimonial y al mismo tiempo propició la construcción de inmuebles con los que se pretendía modernizar Almería.
La nueva plaza de abastos, que está
ubicada entre la rambla Obispo Orberá y el Paseo, fue inaugurada en 1893. Sólo nueve años después,
la plaza del Ayuntamiento, que ya no funcionaba como mercado, fue hermoseada
con árboles traídos de Valencia y ya tenía instalado el Monumento a Los
Coloraos en su centro, frente a la fachada de la casa consistorial.
A principios del siglo XX, la
Plaza Vieja - conocida entonces como de la Libertad - era el punto
de partida de grupos de escolares, obreros y personas que iban a celebrar
"La fiesta del árbol" en el Parque Nicolás Salmerón.
Queda claro, según lo expuesto, que las rehabilitaciones y desarrollos de nuevos proyectos arquitectónicos
han de ser la respuesta a necesidades de los ciudadanos, así como que los
almerienses siempre han estado interesados en el cuidado del medio ambiente, el
cual se halla más castigado que nunca.
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